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¿Qué entendemos por Diversidad sexual? ¿Es difícil situarnos en el panorama actual de las relaciones afectivas? ¿Qué implica no sentirse identificado/a con el sexo impuesto al nacer? ¿Es normal tener dudas con respecto a nuestros gustos y preferencias sexuales?

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En primer lugar, nos situamos en una época…

La actual sociedad establece como principal patrón de comportamiento sexual los principios heteronormativos y patriarcales. En otras palabras, nos situamos en un sistema cultural y social cuya imposición se sitúa en una orientación heterosexual (relaciones de hombre y mujer exclusivamente) y con una supremacía masculina por el hecho de, simplemente, ser hombres. Por ello, los movimientos situados fuera de estos patrones suelen suponer determinadas actitudes y conductas de odio y rechazo.

No obstante, los seres humanos no nos limitamos a un único patrón de comportamiento sexual, sino que, históricamente, se han desarrollado múltiples formas de expresar y sentir todo lo relacionado con el contacto humano, lo erótico, lo amoroso, lo afectivo y lo sexual. Es por ello que surge la necesidad de adentrarnos en el término Diversidad Sexual y Diversidad de género.

¿Qué es la diversidad sexual?

Existen diversos tipos de expresión sexual, poniéndose de manifiesto el derecho individual de elegir de qué forma y con qué personas compartir experiencias afectivas, sexuales y de género. Por tanto, será normal experimentar cierta incertidumbre y extrañeza, pues nos encontramos ante un panorama muy amplio en el que vivir nuestras relaciones eróticas/amorosas.

Tras revisar la literatura científica, los estudios versan sobre las orientaciones sexuales entre personas del mismo sexo como variantes normales del comportamiento sexual en los humanos, y hablando de una relación de origen causal entre factores biológicos, contextuales, sociales y cognitivos.

¿Cómo se puede definir el género?

El género recoge las características que la cultura y la sociedad han otorgado a los hombres y a las mujeres, esto es, los atributos a nivel cultural, político, social e histórico por los que se identifica “lo masculino” y “lo femenino”. Entre ellos, incluimos los roles sociales, la posición económica, las actitudes, las tareas, las formas de relacionarse, y de hasta maneras de pensar o sentir. Estas condiciones resultan cambiantes según la época, el lugar o la cultura en la que nos encontremos. Por ello, será clave analizar las funciones que cumplen las diversas pautas de género establecidas en cada sociedad y tiempo.

Así mismo, el problema viene asociado a la rigidez con la que se quieren implantar los roles de género, llegando a limitar oportunidades, preferencias, sentimientos, e incluso derechos básicos en los individuos. De esta forma, las personas que se desligan en cierta medida de su rol de género impuesto, experimentan las numerosas consecuencias de la discriminación que van desde la censura o el rechazo hasta la violencia y/o asesinato.

Por otro lado, es necesario destacar el término trans que incluye a las personas no binarias, transexuales o transgénero, las cuales no se identifican con el sexo y/o género asignado al nacer. Concretamente, las personas no binarias o no binaries no se vincularían con ninguno de los géneros existentes, es decir, la persona no se sentiría ni hombre ni mujer; no obstante, sí pueden identificarse con ciertos comportamientos o actitudes masculinas y femeninas.

¿Qué implica el concepto LGTBI+?

Se trata del acrónimo que acepta la diversidad sexual y de género y recoge a los colectivos gais, lesbianas, trans, intersexuales y bisexuales junto a una amplitud de personas que continúan construyendo el término de forma que el “+” reconoce los diversos cambios y vivencias sexuales y elimina fronteras en relación a la diversidad sexual, afectiva y de género existente.

Reconocer la legitimidad y lo valioso de todas las preferencias, actitudes y comportamientos sexuales nos acerca a un bienestar social y personal aún lejos de alcanzarse en su totalidad. Existe el derecho a manifestarse sin obstáculos, manteniendo el respeto hacia otras personas. Por ello, es necesario aceptar y normalizar las diversas formas de expresión que adopta la sexualidad.

Será primordial mirar más allá de las míticas columnas Hombres y Mujeres, y dar paso a la aceptación y validación de las personas. Además, será fundamental relacionar la diversidad sexual y de género con la dignidad de las personas y sus derechos básicos (autonomía, intimidad y libertad…).

La existencia de los problemas relacionados con la Diversidad sexual y de género vendría de la mano de la estigmatización, y no de la orientación no heterosexual como tal. El estigma asociado a orientaciones no normativas trae consigo severas problemáticas que repercuten en el bienestar psicológico de la persona.

Actualmente, el colectivo LGTBI+ combate una discriminación que afecta al término salud en todos sus ámbitos.

¿Qué puedes hacer si tienes creencias de este tipo?

  • Trata a las personas como personas; aunque para ti sea difícil entender las decisiones que alguien toma con respecto a su identidad, es únicamente una decisión suya, y sigue teniendo los mismos derechos humanos.
  • Aprende a normalizar las conductas que se salen del patrón típico de heteronormalidad; la diversidad sexual es valiosa en sí misma.
  • Respeta los tiempos de cada persona para hablar sobre su vida afectiva o sexual; no hables sobre la orientación sexual de una persona sin su consentimiento.
  • Llama a las personas por el pronombre que hayan elegido, de esta forma estás respetando sus decisiones, aunque no las compartas.
  • En caso de tener creencias contrarias, busca espacios más sanos para confrontar tus ideas; juzgar no es el camino correcto.
  • Anima a otras personas a expresar su afecto y amor de la forma que les apetezca; lo único imprescindible será el respeto al otro individuo

¿Qué papel tiene el/la psicólogo/a en la diversidad sexual?

La ausencia de educación sexual en la infancia y la adolescencia conlleva notables consecuencias en el bienestar emocional de las personas, siendo patente el desconocimiento de la población con lo que respecta a diversidad sexual y de género.

Concretamente, existen estudios que ratifican una mayor prevalencia de problemas de salud psicológica (comportamientos de riesgo como el abuso de sustancia o la ideación suicida) en la población LGTBI+ en comparación con personas heterosexuales.

Por ello, se hace necesario sacar a la luz las desigualdades en cuanto a la diversidad de orientaciones sexuales y es una labor urgente proteger y ejercer a todos los efectos los derechos sexuales de todas las personas.

Conclusión

Nadie nace odiando; así entendemos como los prejuicios se aprenden y se desaprenden. Somos capaces de eliminar aquellas conductas, actitudes y pensamientos de opresión hacia el colectivo LGTBI+ y entender la diversidad sexual y de género. Es una labor de todos y todas reconocer, respetar y proteger los derechos sexuales de las personas, aceptar la diversidad sexual y de género y abrir horizontes en la forma de relacionarnos erótica, amorosa, afectiva y sexualmente.

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