Avda. de la Hispanidad, 17, 1ºB. 18320 – Santa Fe (GRANADA)

958 520 007

666 276 269

Tiempo de lectura: 15 minutos

CUANDO ME CUESTA CONTROLAR LO QUE SIENTO.
EL DESBORDAMIENTO EMOCIONAL

Cuando “perdemos los papeles” o “actuamos en caliente” suelen ser situaciones en las que, en lugar de controlar nuestras emociones o tener la energía para gestionarlas, ellas nos controlan a nosotros hasta el punto de secuestrarnos. Es algo así como estar en medio de un huracán, que te arrastra de un lado a otro, sin posibilidad de hacer nada.

emoción

Además, en esas situaciones, en lugar de hacer algo que nos ayude a nosotros o al resto, tendemos a poner en marcha estrategias que nos hacen daño o que hacen daño a los demás. Puede que grites, que insultes, que te aísles y no permitas que los demás te ayuden, que estalles en un episodio de ira incontrolable, etc. Actuamos por impulso o a corto plazo, sin que la información pueda pasar por un filtro para reflexionar sobre las consecuencias a largo plazo de nuestra actuación. En estas situaciones es cuando los psicólogos hablamos del desbordamiento emocional.

 

Pero ¿Por qué nos desbordamos?

Los motivos suelen ser diversos e individuales, pero por lo general suele haber dos razones:

1. No sabes o no te permites conectar con tus emociones, ni entenderlas, ni gestionarlas. Suele pasar cuando no sabemos muy bien el objetivo ni la funcionalidad de nuestro sistema emocional, hay un gran desconocimiento también de estrategias que podrían ayudar con esa gestión, y se ponen en marcha aquellas que hemos aprendido, que en este caso son estrategias ineficaces como acumular las emociones, evitarlas y arrinconarlas, no sentirlas, ni expresarlas. Por ejemplo, exigirse estar bien constantemente, invalidando tu tristeza y desánimo diciéndote a ti mismo que hay gente peor o que no es para tanto. El malestar o la tristeza vienen para darte un mensaje, pero al no saber esto o no escuchar ni entender qué pretenden estas emociones, no permitimos sentirlas en el cuerpo y el malestar se va acumulando. Haces cosas para no tener que sentirlas, por ejemplo, te mantienes muy ocupado, te presionas para sentir eso. Como no te las permites, en la próxima ocasión en las que vengan ya no vienen en esa intensidad moderada, sino más bien como un ataque de ansiedad o de tristeza incontrolable.

Por ejemplo, con los ataques de ira pasa algo parecido. Hay pequeñas cosas que te van molestando, intentas no dar importancia a esas cosas y se va acumulando el enfado hasta que acaba explotando de manera que la ira se convierte en un ataque desproporcionado ante cualquier cosa insignificante.

emoción

2. Otro motivo puede ser haber vivido experiencias traumáticas que puedan haber desbordado tu capacidad de procesamiento en el sistema nervioso. Éste se queda bloqueado y guarda esa información con esas emociones e ideas dolorosas. Muchas veces, estas experiencias ocurren en la infancia cuando aún no tenemos la capacidad de entender realmente lo que ocurre porque nuestro cerebro está “en obras”. Por ejemplo, si tu pareja te dice que eres demasiado sensible y creciste en un ambiente en el que no te permitían expresar las emociones más blanditas como la tristeza o la pena, estas palabras repetidas pueden generar una rabia intensa desproporcionada para el momento presente, pero tendrá mucho sentido con esa herida interna.

¿Y qué podría ayudarnos?

Lo principal en estos casos es aprender a conectar con tus emociones y entender por qué están ahí, qué información pretenden darte, como esto se relaciona con tu historia de vida y de qué forma esa emoción viene a ayudarte. Por ello, lo mejor que se puede hacer en estos casos es estar abierto a esos procesos internos, observándolos con curiosidad y sin juicios y dándonos cuenta de la necesidad que hay detrás (Huelga decir, que si esto no has podido aprenderlo anteriormente, si en tu casa no estaba esta rutina o si bien, culturalmente tampoco se ha prestado demasiada atención a esto, aprender por una misma este proceso es algo muy complicado, por lo que pueda ser conveniente contactar con un profesional que pueda ayudarte en tu proceso).

Algunas pautas para ayudarnos

 Tomarte un tiempo contigo mismo. Respira, de manera que cojas aire por la nariz y lo sueltes por la boca. Intenta localizar ese malestar o emoción en tu cuerpo, dale permiso para estar, céntrate en cómo lo sientes dentro de ti.

 Nuestras emociones son sucesos y acontecimientos que ocurren dentro de nosotros, pero nuestras emociones no somos nosotros. Es algo así como imaginarte siendo una pecera llena de agua y hay peces que nadan dentro de ti, eso serían tus emociones.

 Intenta identificar que tipo de emoción es si tiene un componente agradable o desagradable, si tiene más que ver con el miedo, el enfado o la tristeza. Pon tu mano en el lugar del cuerpo dónde la sientes mientras sigues respirando profundamente y cuando empiece a disminuir en intensidad pregúntate sobre la necesidad que quiere que cubras.

 La idea no es dejar de sentirla, sino hacerla más manejable para entenderla sin que nos secuestre. Tampoco es que dejen de afectarte.

 Hay situaciones en las que es lógico sentirse desbordado, habrá momentos en los que te sea más fácil manejarlas y otros en los que no. Si tu pareja te es infiel lo que tiene sentido es que te sientas muy dolido. Si te echan del trabajo lo que tiene sentido es que te sientas muy triste. Si alguien importante para ti muere lo que tiene sentido es que la emoción sea más intensa.

emoción

Eres un ser humano, no una máquina, no tienes que ser perfecto. Recuerda que habrá muchas veces en las que te gustaría ser más asertivo y poner límites y no podrás, habrá veces en las que te sentirás más cansado, hambriento, saturado y no podrás gestionar esas emociones como te gustaría. La gestión de tus emociones son tu responsabilidad, pero no hay que perder el foco de que todo esto es un proceso que se va aprendiendo poco a poco. Pero sí es cierto, que si se hace desde el cariño, la comprensión y la compasión el proceso se hará mucho más amable.

Si te has sentido identificado/a con este artículo, puedes encontrarnos en nuestro Centro de Psicología Psilex, no dudes en ponerte en Contacto con nosotras, estaremos encantadas de recibirte y ayudarte en este proceso.