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CUANDO ENTIENDES EL AUTOCUIDADO CON EGOÍSMO

Entender el priorizarte y cuidarte a ti mismo como egoísmo es una creencia distorsionada muy común en nuestra sociedad, es como si cuidarte y priorizar tus propias necesidades te quitara el valor de “buena persona». Esta confusión hace que muchas personas vivan el autocuidado con culpa, creyendo erróneamente que es una forma de egoísmo, cuando en realidad no lo es.

Egoísmo

“Buenas personas”

Esta creencia tiene mucho que ver con lo que hemos asociado con ser “buena persona”. Parece que ser buena persona tiene que ver con hacerle fácil el camino a los demás y estar disponible 24/7 para lo que otros/as necesiten.
Pero la realidad que guarda esta creencia es que, tiene más que ver con abandonarse y silenciar tus necesidades y deseos para así estar disponible para cuando los demás necesiten, llegando a tener un comportamiento, incluso, negligente contigo mismo, en algunas ocasiones.

Este tipo de creencias se van conformando en ambientes dónde los adultos tienen pocos recursos de gestión emocional y están muy acostumbrados a demandar a los demás lo que ellos mismos no han podido aprender a gestionar. Conformando así una idea en la que ser un “buen familiar-persona” está más vinculado con no poner límites, acceder a todo lo que nos pidan, estar disponibles cuando así lo requieran y cubrir cualquiera de esas necesidades porque la persona tiene ciertos problemas para gestionar la frustración de entender que las cosas no pueden salir como se lo habían planteado.

La línea que separa el autocuidado del egoísmo

¿Cómo podemos saber si estamos siendo egoísta o nos estamos cuidando? Aquí es donde aparece la confusión entre autocuidado sano y egoísmo.

Egoísmo

  • Antepones tus deseos a las necesidades de los demás.
  •  Persigues tu bienestar, aunque eso implique dañar a los demás.
  •  Te cuesta entender a los demás porque no te interesa su realidad o porque no sabes ver más allá de la tuya.
  •  Sientes que mereces más oportunidades que las demás personas.
  •  Te impones y ocupas el espacio de los demás, por ejemplo, al hablar.

egoismo

Autocuidado

  • Antepones tus necesidades a los deseos de los demás, sin caer en el egoísmo.
  • Persigues tu bienestar, intentando no dañar el de los demás.
  • Intentas entender a los demás teniendo en cuenta tu realidad, pero con capacidad para ponerte en su lugar cuando hace falta.
  • Sientes que mereces perseguir lo mejor para ti, aunque también sabes hacer autocrítica.
  • Priorizas y defiendes tu espacio, pero sabes cuando es justo cedérselo a otras personas.

egoismo

 

Cuando tiendes a priorizar el deber sobre el deseo

Esta parte está muy relacionada con la sobre-adaptación, porque el “deber” es cuando sabes que tienes que hacer ciertas cosas para ser aceptado/a, validada o querida por los demás. Como puedes comprobar, en este caso, se trata mucho de ser hiperresponsable con todo lo que se supone que se tiene que hacer y así cumplir con las expectativas de la sociedad y los demás, lo que también conlleva dejar de lado lo que tú quieres o necesitas, teniendo de nuevo un comportamiento de auto-abandono. En muchas ocasiones, este tipo de acciones enfocadas hacia fuera tienen mucho que ver con haber conformado la propia identidad con ello, por ejemplo: ser conocido como el noble de la familia, o la madura, el responsable, la atenta, el que tiene la cabeza bien amueblada, etc.

En este tipo de tendencias de comportamiento no hay espacio para el propio disfrute, ni darse un capricho, ni poner un límite, porque cualquier gesto de autocuidado se vive con temor a ser visto como egoísmo.

Veamos algunos ejemplos de comportamientos típicos:

  • Les cuesta expresar sus opiniones o deseos reales en situaciones determinantes para el propio desarrollo. Por ejemplo, pueden sentirse muy quemados en el trabajo, pero seguir respondiendo como “la que llega a todo¨, evitando parecer que actúan desde el egoísmo.
  • No expresan cuando necesitan ayudan o afecto para no causar molestias o no ser pesada.
  • Pueden rechazar planes que les apetece o desean si están en conflicto con otros que conlleven agradar y cumplir las expectativas de los demás, por miedo a que los demás interpreten ese deseo como egoísmo.

Con todos estos ejemplos, podemos comprobar que a veces los términos de egoísmo y autocuidado están muy distanciados entre sí. Que en estos casos anteriores se está llevando a cabo comportamientos complacientes que conllevan ser aceptados por los demás, más que por sí mismos, y que llevados a un extremo pueden causar mucho sufrimiento y conformar una conducta patológica.

 

Conclusión

Si al leer este artículo has sentido que alguna de estas experiencias o patrones resuena contigo, recuerda que no tienes por qué afrontarlo solo/a. En nuestro gabinete de psicología Psilex estaremos encantadas de escucharte, orientarte y ayudarte a construir una forma de cuidarte más sana y equilibrada. Si lo deseas, puedes contactarnos: estaremos aquí para ti.