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El Trastorno de personalidad Límite es un trastorno de la personalidad que pertenece al grupo B de este tipo de trastornos, denominados como dramáticos o emocionales.
En este grupo encontramos personalidades que tienen como características comunes la variabilidad emocional, la dramatización, y la imprevisibilidad, de ahí que se les conozca como dramáticos o emocionales.
Si quieres conocer las características que definen un trastorno de la personalidad y los distintos grupos dentro de este tipo de trastornos, puedes acceder a nuestro artículo sobre los distintos Trastornos de la personalidad.
Diagnóstico del Trastorno de personalidad Límite
Según el Manual de diagnóstico psiquiátrico en su 5º edición (DSM-V-R), las personas con un Trastorno de personalidad Límite se caracterizan por un patrón generalizado de inestabilidad en las relaciones sociales, en la autoimagen y en la afectividad, mostrando también una intensa impulsividad.
Entre los criterios diagnósticos se encuentran los siguientes:
- Esfuerzos desesperados para evitar el abandono real o imaginado.
- Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas, que alternan entre la idealización y devaluación.
- Perturbación de la identidad: inestabilidad marcada y persistente de la autoimagen o del sentido de sí mismo.
- Impulsividad en al menos dos áreas que son potencialmente dañinas (por ejemplo, gastos irresponsables, relaciones sexuales de riesgo, abuso de sustancias, conductas alimentarias inapropiadas).
- Comportamientos recurrentes de suicidio, amenazas o gestos de autolesión.
- Inestabilidad emocional debida a la reactividad afectiva intensa y rápida.
- Sentimientos crónicos de vacío.
- Ira inapropiada e intensa o dificultad para controlar la ira.
- Síntomas disociativos transitorios relacionados con situaciones de estrés.
Es importante destacar que, como en todos los trastornos de personalidad, estos síntomas deben haber comenzado en la edad adulta temprana y estar presentes en diversos contextos. El diagnóstico de Trastorno de personalidad Límite debe ser realizado por un profesional de la salud mental capacitado, evaluándose cuidadosamente todos los síntomas y la historia clínica de la persona antes de hacer un diagnóstico definitivo.
Características del Trastorno de personalidad Límite
Este tipo de trastorno afecta al 2% de la población general, ascendiendo a un 10% si son pacientes ambulatorios y a un 20% si son paciente que se encuentran ingresados. Es 5 veces más frecuente en familiares de primer grado y se observa con más frecuencia en mujeres que en hombres.
Como podemos observar en los criterios diagnósticos, en la base de este trastorno se encuentra una marcada inestabilidad emocional. Al sentir un gran vacío suelen buscar experiencias intensas. Esta intensidad se presenta también en sus relaciones interpersonales, donde el estar fuertemente vinculados a alguien es una necesidad imperante en este tipo de perfiles. En consecuencia, viven las relaciones con mucha pasión, oscilando entre los extremos del todo o nada.
Al entregar en cuerpo y alma a la otra persona, esperan también de vuelta este trato de favor. Si no es correspondido suelen ocasionar grandes disputas con pareja o amigos, o incluso abandonar esa relación. Esto conlleva que sus relaciones tiendan a ser efímeras y que no lleguen a cumplirse sus planes de futuro.
Muestran gran creatividad y niveles elevados de energía, y al mostrarse con iniciativa tienden a influir sobre los demás. Son personas muy curiosas, por lo que es frecuente que se embarquen en el conocimiento de nuevos estilos de vida y culturas.
Su constante búsqueda de placer y la intensidad de sus emociones hacen que este tipo de personalidades vivan en exceso en el momento presente, característica que puede explicar ciertas conductas como son el derroche de dinero o los atracones de comida entre otras.
Con lo que respecta a las parejas elegidas por las personas con Trastorno de personalidad Límite, el estilo de personalidad (que no el trastorno de personalidad) obsesivo-compulsivo sería el más adecuado para las personas límite, pues proporcionan la estabilidad y raciocinio que estas necesitan. El estilo de personalidad dependiente también podría ser una opción duradera, pues al producirse dependencia proporciona la estabilidad que el límite necesita. No obstante, el perfil que más frecuentemente atrae a las personalidades límite es el Antisocial, al proporcionar la pasión sin límites que tiende a buscar el perfil límite. No obstante, esta unión está en cierto modo condenada al fracaso, dado que ambos perfiles rápidamente tienden a cansarse el uno del otro.
Cómo relacionarse con una personalidad límite
Como hemos visto, el Trastorno de personalidad Límite se caracteriza por la intensidad y labilidad de sus emociones. En consecuencia, en primer momento es probable que sienta por los demás un desbordante afecto, pero pronto este cariño se tornará en rabia.
Por tanto, el autocuidado y el mantenimiento de la autoestima son tareas pendientes para las personas que tengan relación con este tipo de perfiles. La comunicación entre ambos ha de ser fácil, tendiendo a recordar que el mundo y las relaciones no oscilan entre dos extremos de blanco o negro, sino que que en la mayoría de veces suele ser una escala de grises.
Aunque los cambios de humor serán frecuentes, la comprensión y la calma pueden ayudar a gestionarlos de mejor manera.
Evaluación del Trastorno de personalidad Límite
Lo más recomendable es que este tipo de evaluación sea realizada por un/a psicólog@ experto en el tema, siendo la técnica de evaluación más relevante la entrevista diagnóstica.
Durante la entrevista se recopila información sobre los antecedentes personales y familiares de la persona, sus patrones de comportamiento, sus relaciones sociales, su capacidad para empatizar, y su capacidad para seguir normas y leyes. En estos casos también es frecuente el entrevistarse con familiares y amigos.
Tratamiento del Trastorno de personalidad Límite
El Trastorno de personalidad Límite tiene tratamiento psicológico, pero puede ser difícil y requiere un enfoque intensivo y prolongado.
El tratamiento de elección para este tipo de trastorno se conoce con el nombre de Terapia Dialéctica Conductual, y explora intervenciones tales como la motivación al cambio, la validación, o la regulación emocional entre otras.
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