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Autoestima

Tiempo de lectura: 8 min

La autoestima es la manera en la que nos evaluamos, nos juzgamos, y nos sentimos con nosotros mismos. Es la valoración que hacemos de nosotros a lo largo de la vida, y de lo que consideramos que los demás perciben cuando interaccionan con nosotros o nos evalúan (Elisa García).

Muchos problemas psicológicos tienen su origen en una baja autoestima. Aún cuando una sana autoestima es vital para tener una vida plena, estamos inundados de diversidad de mitos que hacen todavía más compleja la labor de construir una autoestima sana.

A continuación procedemos a detallar 4 de los mitos más extendidos con lo que respectan a mejorar nuestra autoestima:

1. Siempre hay que buscar el lado positivo de las cosas

El siempre intentar estar feliz y buscando el lado positivo a todas las situaciones puede acabar resintiendo nuestro estado de ánimo.

¿Por qué?

– El principal motivo y quizás el más importante sea que este tipo de pensamiento inhibe la expresión de algunas emociones. Toda las emociones son adaptativas y necesarias para la supervivencia humana, por lo que no existen emociones buenas o malas, aún cuando algunas se experimenten como más desagradables que otras. Su carácter adaptativo hace que las emociones sean todas necesarias, y en consecuencia inevitables, por lo que intentar evitar continuamente las emociones negativas sólo ocasiona que ésta se exprese en su máximo exponente, y nos impide ir al foco del problema y actuar de manera activa sobre este.

– Por otro lado, el intentar evitar las emociones displacenteras y asumir que todo va a salir bien puede aumenta nuestra intolerancia a la incertidumbre, dado que aumenta la percepción de control sobre aspectos que son incontrolables y nos impide aceptar la incertidumbre que nos rodea.

– Para finalizar, este tipo de ideas entienden la queja como un signo de debilidad, añadiendo presión hacia el vivir una vida feliz, e incrementando la culpa y sentimiento de fracaso si no se consigue esta felicidad.

Como recomendación: No evites las emociones desagradables. Es positivo el intentar ves la situación desde distintas perspectivas, pero si algo no nos gusta o nos molesta, esos sentimientos también son normales e incluso positivos, dado que impulsan la acción y el cambio.

2. Hay que luchar por ser feliz

Como se ha comentado, en la actualidad vivimos inmersos en la cultura de la felicidad. No obstante, está científicamente demostrado que cuanto más nos esforzamos por ser felices, más infelices acabamos siendo.

¿Por qué?

– Se debe a que la felicidad es un sentimiento efímero, e incluso se ha visto cómo el lograr algo tan deseado como ganar el premio gordo de la lotería, al final no reporta más que una satisfacción temporal que dura poco más de un mes.

– A esto hay que añadir que el perseguir la felicidad y darse cuenta de que no se está consiguiendo, acrecenté la sensación de fracaso y por tanto hace a las personas más infelices todavía.

Por tanto, es positivo el ver la vida como un ciclo en el que a veces obtenemos cosas positivas, y a veces obtenemos cosas negativas, y de ambas experiencias podemos aprender. E incluso cuando no se logre estar en todo momento feliz, existen otras cosas igualmente relevantes en la vida, como puede ser el vivir en base a nuestros valores y elegir nuestro propio camino, aún cuando erremos.

Recomendación: Ten en mente que la vida son ciclos y las emociones son efímeras. Es importante disfrutar del camino y valorar tanto las cosas positivas que nos encontramos en nuestra vida como las experiencias negativas que nos ayudan a crecer, pues ambas nos aportan un aprendizaje incalculable.

3. Hay que triunfar y tener grandes objetivos en la vida

Aún cuando muchas veces se ha asociado la alta autoestima con la consecución de objetivos, existe la otra cara de la moneda en la que la autoestima se resiente si los objetivos marcados son difíciles de conseguir.

¿Por qué?

– Los objetivos que son muy difíciles de conseguir pueden hacer mermar la autoestima de la persona, incluso aunque al final acabe alcanzándolos. Al ser objetivos elevados, se genera sentimiento de fracaso y dudas, cuando la verdadera dificultad se encuentra en la tarea y no en la capacidad de la persona.

– Puede suceder que, al centrarnos excesivamente en un gran objetivo, acabemos por obsesionarnos y nos cueste trabajo imaginar una vida plena si no cumplimos ese gran objetivo. En consecuencia sucede que en la consecución de ese gran objetivo, dejamos de lado otros aspectos de nuestra vida que pueden llegar a ser incluso más importantes. Podemos ejemplificar esta idea mediante la tragedia del 1996, donde en tal sólo dos días murieron 12 alpinistas mientras intentaban coronar la cima del Everest. Su obsesión por conseguir su objetivo les hizo arriesgar incluso su propia vida, ignorando los partes meteorológicos que ya avisaban de una fuerte tormenta.

Se puede por tanto concluir que es importante elegir objetivos que reporten una ganancia coste-beneficio más ajustada a la realidad, asumiendo que el fracaso no te define como persona y que a veces no continuar con un proyecto se puede traducir ya en una ganancia personal.

Recomendación: Sustituye tus objetivos por valores. Los objetivos son importantes para encontrar motivación por lo que haces y tomar decisiones en la vida, pero a su vez ocasionan frustración y pérdida de contacto con la realidad. Sin embargo, los valores son igualmente positivos a la hora de conseguir motivación y guiar nuestra conducta, pero no nos producen frustración porque no se traducen en la consecución de una meta específica.

Así, cada vez que enfrentes un reto, tómate un minuto para recordar algún valor que consideres importante a la hora de realizar este reto (P.ej. Esfuerzo Vs Éxito). En un estudio realizado en la Universidad de California se comprobó cómo las personas que realizaban este ejercicio experimentaban menor estrés y mayor autoestima.

4. Las autoafirmaciones positivas mejoran la autoestima

Se ha impuesto la idea de que, al verbalizar mensajes positivos, tu cerebro acabará por aceptarlos. Sin embargo, finalmente se ha demostrado que estas autoafirmaciones positivas no sólo no ayudan, sino que incluso empeoran la autoestima.

¿Por qué?

Cuando se verbalizan mensajes del tipo “Soy alguien extraordinari@”, el siguiente paso que realiza nuestra mente es el preguntarse “¿Pero por qué?”. Si no aportamos una respuesta satisfactoria, se acaba por reforzarse el sentimiento negativo de que no se es lo suficientemente valios@, de modo que se termina ocasionando el efecto contrario al que se pretendía en un inicio.

En consecuencia, es importante acompañar las autoafirmaciones negativas con explicaciones reales del por qué se piensa de esa forma, dado que nuestra mente no es ingenua e intenta buscar una explicación a los acontecimientos que se presentan.

También es de gran ayuda el sustituir estas autoafirmaciones positivas por autoinstrucciones egosintónicas. Por ejemplo, en lugar de decir “soy el mejor”, decir “me gustaría querer quererme y valorar las cosas positivas que hago”.

Recomendación: Acompaña tus autoafirmaciones positivas con un motivo que justifique esos pensamientos, o sustitúyelas por autoinstrucciones egosintónicas sobre aspectos de los que te sientas verdaderamente orgullos@.

¿Tienes baja autoestima? ¿Te gustaría trabajar tu autoestima con un profesional? Contacta con Clínica de psicología Psilex, estaremos encantadas de poder ayudarte a mejorar tu autoestima.