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La importancia del apego
Aunque en la actualidad tendemos cada vez más a ver los vínculos con otras personas desde el prisma negativo de la dependencia, lo cierto es que las personas somos seres sociales y necesitamos a los otros para encontrar el bienestar emocional.
Esta necesidad tiene un origen biológico, donde el contar con la protección de la tribu era determinante con lo que respecta a la supervivencia del individuo particular. Por tanto, la selección natural ha favorecido a lo largo de los años a las personas que han desarrollado vínculos de apego con otros individuos.
El apego es de vital importancia en el desarrollo humano y en la formación de relaciones saludables a lo largo de la vida. Sin un apego seguro no podremos alcanzar cuestiones tan significativas como son lo son el bienestar emocional, el desarrollo social, la autoestima, la confianza, a resiliencia, y la salud mental y emocional.
Aunque todas las personas necesitemos de otras, el modo que tenemos de crear vínculos cambiaría de una persona a otra. Esto es lo que se conocería como tipos de apego, de los que podemos distinguir 4 estilos diferentes.
Estilos de apego
Existen 4 estilos de apego:
- Apego evasivo: Se presenta aproximadamente en un 25% de la población.
- Apego ansioso: Se presenta aproximadamente en un 20% de la población.
- Apego desorganizado: Se presenta aproximadamente en un 3%-5% de la población.
- Apego seguro: Se presenta aproximadamente en un 50% de la población.
Las personas con apego evasivo se habrían criado en un entorno percibido como peligroso, por lo que el aprendizaje obtenido sería que invertir grandes esfuerzos en una figura de apego no sería algo beneficioso. Al contrario, lo mejor sería invertir recursos en sí mismos para poder abastecerse
Normalmente, las personas con un estilo de apego evasivo muestran dificultades para intimar, confiar, o depender de otras personas, lo que ocasiona frialdad en las relaciones y que los otros continuamente demanden acercamiento.
De igual forma que el Apego evasivo, las personas con apego ansioso se habrían criado en un entorno percibido como peligroso, pero en este caso el aprendizaje obtenido sería que hay que invertir muchos más esfuerzos y recursos en una figura de apego.
Normalmente, las personas con un estilo de apego ansioso sienten que no intiman tanto como ellas desearían con otras personas, inquietándose ante la duda de si sus parejas las quieren lo suficiente.
El apego desorganizado se caracterizaría por una falta de consistencia y coherencia en la forma en que la persona busca proximidad y seguridad en sus relaciones, mostrando en consecuencia conductas contradictorias y confusas para otras personas. Alternan entre buscar cercanía y rechazarla, mostrando una marcada ambivalencia.
El origen de este tipo de apego se encuentra en experiencias traumáticas como abusos o negligencias en la infancia que han generado miedo y confusión en las relaciones con las figuras de apego.
Por último, las personas con Apego seguro se habrían criado en un contexto propicio, por lo que el invertir esfuerzos en una figura de apego habría sido algo positivos para ellas.
Normalmente, las personas con un estilo de apego seguro no muestran grandes dificultades para acercase a los demás ni les incomoda el depender de otros o que otros dependan de ellas. No muestran ni miedo al abandono ni miedo a la intimidad con otras personas.
Puedes ampliar la información sobre los estilos de apego en nuestro artículo titulado Los cuatro estilos de apego: Cómo identificarlos.
La paradoja de la dependencia
La importancia del apego está más que avalada por la evidencia científica, hasta el punto de que se ha llegado a demostrar que niñ@s que no cuentan con una figura de apego en la infancia no se desarrollan de manera óptima, padeciendo retraso madurativo tanto a nivel físico como emocional, intelectual y social.
Sin embargo, el apego no sólo es importante en la infancia, sino que es fundamental a lo largo de toda la vida de las personas. Cuando en la infancia lo que se necesita es tener a la figura de apego físicamente cerca, en la adultez lo que se necesita es saber que psicológicamente puede contar con la figura de apego.
Cuando una persona tiene satisfechas sus necesidades en el vínculo con otra persona, es cuando paradójicamente se producirá mayor independencia, pues la persona entiende que puede ocuparse de sus actividades sin perder el vínculo con su figura de apego. A este principio se le conoce como “la paradoja de la dependencia”, de manera que las personas más dependientes serían las que más inestabilidad tendrían con su pareja y menos satisfechas tendrían sus necesidades básicas.
En esta misma línea, existen multitud de estudios en la literatura científica que establecen que un vínculo sano ayuda a regular el bienestar psicológico de ambos miembros de la pareja, que influyendo este vínculo en parámetros tales como la respiración, la presión sanguínea, el pulso, o incluso los niveles de hormonas en la sangre.
¿Se puede cambiar el estilo de apego?
Algunas personas que se identifican con un estilo determinado de apego se preguntan si es posible cambiar a otro estilo de apego. La respuesta es sí, siendo de media 1 de 4 personas las que cambian su estilo de apego en el trascurso de 4 años. Este cambio puede producirse bien debido a las experiencias vividas a lo largo de una relación de pareja, o bien mediante un trabajo consciente en terapia psicológica.
Mediante la terapia se ayuda a la persona a comprender y modificar sus patrones de apego mediante la toma de conciencia de sus patrones de apego actuales, la exploración de las necesidades subyacentes, el desarrollo de habilidades de regulación emocional y la construcción de relaciones seguras.
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