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Preocupaciones estéticas y abordaje psicológico
Vivimos en una sociedad marcada por la prisa, las modas, el consumo y la belleza (canon estético actual), y con ello, la insatisfacción corporal. El estallido tecnológico que trajo el móvil y las redes sociales a la palma de la mano de todos nosotros, casi como si se tratara de una prolongación de nuestro cuerpo, fue y ha sido un antes y un después en la sociedad y el funcionamiento de la misma tal y como la conocíamos.Ha afectado en cómo nos relacionamos socialmente, imponiendo una alta exigencia en, por ejemplo, dar respuesta rápida e inmediata a los mensajes instantáneos de whatsapp o telegram, publicar imágenes haciendo algo divertido, interesante o donde simplemente luzcamos bien.
Llegaron los filtros de belleza en las fotos y selfies que nos hacemos, haciendo imperceptibles nuestras marcas, arrugas o imperfecciones en la piel, potenciando nuestros pómulos, y, en definitiva, cambiando toda la estructura e imagen facial y corporal. Todo este contexto está llevando a las personas a aumentar sus preocupaciones y su insatisfacción corporal.
En este sentido, se sabe que “la exposición a fotos manipuladas de Instagram puede dar lugar a una peor autoimagen corporal. Esto afectaría especialmente a personas con mayor tendencia a la comparación social” (Kleemans et al., 2018).
Según datos de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica Estética, en EE.UU. se realizaron 15,6 millones de tratamientos estéticos (quirúrgicos y no quirúrgicos) en 2020. La liposucción y el bótox fueron los principales procedimientos quirúrgicos y no quirúrgicos, respectivamente, tanto en hombres como en mujeres, y siendo el mayor porcentaje de procedimientos quirúrgicos entre los 36 a 50 años.
Hay un claro enfoque en la insatisfacción corporal y las preocupaciones estéticas que evidencia el importante el rol de los profesionales de la Psicología en el abordaje de la imagen corporal negativa, que lleva a quienes la desarrollan a plantearse el pasar por una intervención estética.
¿Qué motiva a una persona a someterse a un procedimiento estético?
La insatisfacción corporal es el principal motivador para que alguien decida someterse a un procedimiento estético. Las personas establecemos nuestro sentido de la imagen corporal por los pensamientos, sentimientos, actitudes y creencias que tenemos sobre nuestros cuerpos y el modo en que nos vemos a nosotr@s mism@s.
Potencialmente, cualquiera puede mostrar interés en someterse a un procedimiento estético, percibiéndolo como una «solución» a sus preocupaciones y esta marcada insatisfacción corporal. En este sentido, en comparación con la población en general, las personas que se someten a un procedimiento estético, tienden a tener una mayor insatisfacción con su imagen corporal, enfocada en la parte del cuerpo en la que se centra la intervención (por ej., realizarse una rinoplastia porque no les gusta su nariz).
Siguiendo esta misma línea, puede ser interesante conocer los siguientes datos:
- “La insatisfacción corporal y la imagen corporal negativa puede ser resultado del uso de filtros en redes sociales, y también un motivo para usarlos” (Veldhuis et al. 2020).
- “Los jóvenes que siguen a personas influyentes que se han sometido a procedimientos cosméticos , han mostrado más intención de someterse a ellos. El uso habitual de filtros para editar imágenes, también puede dar lugar a ello” (Hermans et al., 2022).
¿Qué es el trastorno dismórfico corporal?
Se trata de un problema de salud mental que cursa con la preocupación persistente por un “defecto” en la apariencia física (que suele inexistente o tan pequeño que no es significativo), por lo que está caracterizado por una marcada insatisfacción corporal. Aunque las preocupaciones pueden centrarse en cualquier característica o área del cuerpo, lo más frecuente es que la preocupación e centre en la cara, la nariz, la piel y el cabello.
Las preocupaciones y pensamientos que surgen en torno a ello interfieren de forma importante en el funcionamiento diario de la persona, que invierte gran cantidad de tiempo, dinero y esfuerzo para tratar de corregir u ocultar ese “defecto”, aumentando la probabilidad de que acudan buscando ayuda a un dermatólogo o a un cirujano plástico antes que a un profesional de la salud mental (APA, 2011).
Existe una gran angustia, insatisfacción corporal y deterioro en todas las áreas de la vida cotidiana de la persona que en los casos más severos, puede llevarles a tomarla decisión de marcharse de casa por temor a que otras personas vean su ‘defecto’ percibido, o bien, pueden aislarse de los miembros de la familia dentro de sus propios hogares.
Por todo ello es fundamental y prioritario tomar muy en serio cuando alguien cuestiona la eficacia de los tratamientos médicos orientados a la mejora de la apariencia física en el caso del trastorno dismórfico corporal, y evidencia la importancia del rol que desempeñan las y los profesionales de la Psicología.
Papel de las y los profesionales de la Psicología en el área de la medicina cosmética
Lo que sucede en la mayoría de casos cuando la persona llega a someterse a un tratamiento estético o quirúrgico (independientemente del
procedimiento seguido), es que no suelen percibir cambios y puede darse un empeoramiento en sus síntomas y su insatisfacción corporal. Existe una alta probabilidad de que la persona no quede satisfecha con el resultado. En este sentido, es preciso señalar la fuerte asociación entre el trastorno dismórfico con el suicidio: “la tasa anual de intentos de suicidio es del 2,6%, lo que convierte este trastorno en uno de los trastornos psiquiátricos más letales”.
La evaluación psicológica, clave
Obviamente, y tras lo expuesto, vemos necesario destacar el importante papel del psicólogo en este área así como de una correcta y profunda evaluación psicológica ante cualquier procedimiento médico-estético.
Determinados factores y problemas psicológicos como son el trastorno dismórfico corporal, la ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y los trastornos de la personalidad aumentan el riesgo de resultados deficientes del tratamiento estético y la posterior insatisfacción corporal, y pueden empeorar potencialmente el funcionamiento psicológico de estos pacientes.
Algunas de las pautas dirigidas a profesionales que realizan procedimientos médicos y quirúrgicos estéticos serían las siguientes:
- Derivar al paciente a un profesional de la salud mental (psicólogo). Evaluar si hay indicios de que el paciente presenta problemas
psicológicos subyacentes asociados a la insatisfacción corporal, lo que puede convertirlo en un candidato inadecuado para el procedimiento. - Necesidad de proteger la seguridad psicológica de los pacientes, así como su seguridad física.
- Que se tengan en cuenta las recomendaciones de la salud mental y la trascendencia de realizar una evaluación psicológica antes de que se sometan a una intervención de esta índole.
Pese a estas recomendaciones, es posible que muchos profesionales médico-estéticos no hayan tenido la capacitación suficiente para detectar estos problemas y realizar la derivación necesaria, motivo por el cual es imprescindible estar en conocimiento de los factores psicológicos que pueden estar involucrados.
¿Te sientes identificad@ con el contenido de este artículo? ¿Conoces a alguien que esté expresando una marcada insatisfacción corporal? Si algo de lo que has leído te resuena, te animo a dar el paso y solicitar terapia psicológica.