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¿Cuál es el mejor estilo educativo para crear personas autónomas? ¿De qué manera intentas ejercer la autoridad en casa? ¿Es más “optimo” la puesta de límites y normas o el “castigo de toda la vida”? ¿Es posible desarrollar una autoridad firme y afectiva en un estilo de crianza democrático?

A continuación, presentamos diversos argumentos que nutren la importancia de la autoridad en los padres y madres a la hora de poner en marcha la forma de crianza con sus niños y niñas y adolescentes.

En primer lugar, se hace imprescindible mencionar que Autoridad no es Autoritarismo

 

Entonces ¿Qué es la Autoridad?

Se trata de la capacidad de conseguir respeto en otras personas y se obtiene mediante el proceso de interiorización de reglas, valores y límites. Por tanto, podemos afirmar que la autoridad se gana y no se impone.

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Algunos ejemplos de situaciones comunes entre padres y adolescentes

  1. Progenitores que discuten en su matrimonio por el estilo educativo con sus hijos. A menudo, escuchamos como son cotidianas las discusiones en el matrimonio debido al desacuerdo sobre ciertos principios fundamentales a la hora de impartir la educación en sus hijos. Es bien sabido, que una de las reglas principales para una educación eficaz, es el consenso entre padres y madres, no delegando el uno en el otro, sino de forma complementaria, lo que supone diálogos previos entre ambos.
  2. Adolescentes que emiten quejas sobre ciertas normas incoherentes con las actuaciones de sus padres. Es frecuente la exigencia por parte de algunos padres en relación al uso moderado del móvil y las tecnologías. Estos padres evidencian como un uso excesivo de las pantallas perturban a menudo el descanso y sueño de sus hijos/as o sus rutinas de estudio y actividad física. No obstante, estos mismos padres y madres también llevan el móvil a la cama y sostienen su atención hasta “las tantas” de la noche, aprovechan cualquier momento de su día para “actualizarse” en redes sociales de los últimos sucesos de su círculo social, o posponen algún plan deportivo por continuar viendo alguna serie a la que se revelan “enganchados”.

 

Algunas claves para ganar Autoridad ante nuestras hijas/os

Es habitual encontrarnos con ciertas dudas frente a la ejecución de la autoridad en el día a día con los menores. Por ello, presentamos algunas pautas que harán de tu práctica educativa una ganancia de autoridad y no de autoritarismo.

– Al negociar ciertas normas según su edad y madurez:
Será fundamental negociar con los hijos sobre temas puntuales en los que se llegue a acuerdos a través de un compromiso por parte de los hijos y, no olvidemos, por parte de los padres. Así, será muy útil desgranar la conducta a la que queremos que se acerquen nuestros hijos/as en pequeños pasos, los cuales irán siendo reforzados una vez alcanzados. Por ejemplo, ir sustituyendo el uso del móvil antes de irnos a la cama, por otra actividad relajante como leer un libro o pasar un rato familiar juntos. ¿Qué actividades de calma se te ocurre que podría venirle bien a tu hijo/a?

– Al fomentar su participación en la persecución de objetivos
Será clave alentar a los niños/as y adolescentes a esforzarse por sus metas, desde la confianza en sus recursos, desde el proceso gradual que supone ir asumiendo retos cada vez más complejos y desde la crítica constructiva y el reforzamiento.

– Cuando la coherencia forma parte de las palabras y las acciones:
Es importante interiorizar la idea de que “Los padres y madres somos modelos de aprendizaje para nuestros hijos/as”

– Al ofrecerles argumentos y explicaciones sobre nuestras decisiones y normas:
Cuando los niños/as y adolescentes interponen las famosas “pegas” ante ciertas normas y límites, es importante hacerles llegar una explicación o razonamiento sobre su actuación incorrecta y alentar a la realización de otras conductas más adaptativas. Si nuestro estado de ánimo o falta de autocontrol nos dominan, será aconsejable posponer esta conversación a otro momento en el que nos inunde la paciencia y la tranquilidad que requieren en ocasiones la educación de un niño/a o adolescente “con rabietas o rebeldía”.

– Al formular normas claras, breves, concisas y a través de acuerdos será mucho más efectivo que la reiteración o sermoneo constante que tanto desgasta a adultos y niños/as y tan pocos resultados se obtienen (al menos a medio-largo plazo).

– Al compartirles diferentes puntos de vista de otras personas:
Esto contribuye a la adquisición de habilidades sociales y asertivas tan importantes como la empatía, el respeto mutuo, la tolerancia o la admiración. Asimismo, la autoestima del niño/a o adolescente aumenta al comprender que su propia perspectiva cobra la misma relevancia que la de otras personas; contextualizando su opinión y dando lugar a otras versiones de la misma historia que la enriquezcan y la complementen.

– Al primar el halago y la estimulación frente al castigo y las reprimendas:
Conseguir el equilibrio entre firmeza y afecto será uno de los grandes retos que se nos presentan como padres y madres. No podemos olvidar cubrir las necesidades de cariño y flexibilidad de los menores a la par que asumir la firmeza que requieren determinadas decisiones que priman el bienestar de éstos.

En definitiva, un padre o madre deberá ejercer sus funciones de supervisión y control a través del establecimiento de límites y normas justificadas de forma clara y firme, sin olvidar la comunicación y el afecto que sitúan el foco en las conductas adecuadas que sí llevan a cabo los niños/as. De esta manera no habría una sobreatención hacia las “cosas malas” que realizan ni una infravaloración de las “cosas que se supone que tienen que hacer”. ¿Se te ocurren algunos ejemplos de ambos tipos de conducta?

 

Características de hijos/as con padres democráticos

¿Cómo son los niños/as que reciben un estilo de crianza democrático y que interiorizan una serie de juicios, valores y reglas?
– Tienen más motivación
– Desarrollan un criterio propio ante las presiones de iguales, por lo que son menos conformistas
– Presentan un buen rendimiento escolar
– Poseen una autoestima más sana: confían en sus capacidades y recursos
– Mayor tolerancia al punto de vista de los otros
– Menos problemáticas comportamentales
– Menor riesgo de abuso de sustancias

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Características de padres y madres democráticos/as

– Gradúan el nivel de autonomía y libertad que necesitan sus hijos/as: se alejan de la sobreprotección y la permisividad excesiva.

– Diferencian entre normas flexibles y necesarias; establecen límites claros, supervisan y demandan responsabilidades en sus niños/as.

– Muestran cariño y afecto, hacen elogios sobre sus capacidades, confían en sus recursos personales, refuerzan conductas adecuadas con sus valores.

– Comunican y expresan eficazmente sus sentimientos siendo un modelo de expresión emocional para sus hijos/as.

 

¿Cómo debemos establecer los límites a nuestros hijos/as de forma eficaz?

Puestos a llevar a la práctica la autoridad en los padres y madres, presentamos una serie de características que poseen las normas y límites establecidos de manera eficaz; éstos deben ser:

-Breves y de una en una: serán trasladas al menor una vez se finalice la anterior para una mejor asimilación y puesta en prácticas de las normas
-Claras: decirlas una sola vez de manera firme y amable, no insistir ni amenazar.
-No entrar en provocaciones, gritos o rabietas por parte del menor; tú eres el adulto/a por lo que no accederemos a enfrentamientos absurdos.
-Atender a límites temporales para el cumplimiento de estas normas.
-Aclarar conscientemente las consecuencias que seguirán tanto al cumplimiento como incumplimiento de la norma.

Como sabemos, los castigos no han reunido evidencia de eficacia por lo que optamos por la puesta en práctica de una disciplina positiva la cual sí obtiene resultados positivos en el aprendizaje de nuestros hijos/as.

Por todo esto, será clave distinguir “castigo” de “consecuencia negativa”; es más útil entender estas consecuencias del incumplimiento de la norma como una especie de “compensación” en la medida de lo posible. Así, pueden contemplarse como una reparación a sus errores, deben aplicarse de forma inmediata a la conducta y deberán ser coherentes y proporcionados.

En definitiva, necesitamos alcanzar un equilibrio entre la percepción de recompensas y “castigos” y éstos últimos deberán adoptar la forma de respuestas de reconocimiento del daño, responsabilización y/o reparación del daño.

 

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Conclusiones

El estilo democrático es el más difícil de implementar ya que requiere de un esfuerzo constante en los padres y madres; no obstante, forma parte de su deber guiar el comportamiento de sus hijos/as de una manera óptima para su bienestar. Esto supondrá, por un lado, la muestra de aprobación y afecto ante conductas que queremos que persistan en el menor y, por otro lado, se enseñará aquello que no se debe hacer junto a una explicación razonable y adaptada al nivel de entendimiento del niño/a.

A estas acciones les seguirán ciertas consecuencias positivas o negativas que ayudarán al menor a entender las contingencias de su actuación y les guiaremos para que, el día de mañana, sean ellos/as mismos/as quienes desarrollen el autocontrol y persigan una vida acorde a sus valores.

¿Te gustaría conocer más sobre pautas del estilo educativo más adecuado para tus hijos/as? No dudes en contactar con nosotras, te atenderemos encantadas en Psilex.