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¿Sabes qué es el TOC? ¿Crees que podrías detectarlo en el aula?

La detección precoz de este u otros trastornos es fundamental y, sin duda, una señal de buen pronóstico.

En este artículo vamos a mostrarte la importancia de detectar un posible caso de trastorno obsesivo compulsivo en el ámbito educativo. Si eres profesor o docente, lo que viene te resultará muy interesante ya que los estudios de prevalencia muestran que el TOC está presente en el 3% de los niños y adolescentes.

¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)?

Los niños y adolescentes con trastorno obsesivo – compulsivo (TOC) experimentan obsesiones que aparecen en forma de pensamientos, imágenes, impulsos o dudas, son indeseados y tienen un carácter repetitivo (como por ejemplo, «le va a pasar algo malo a alguien a quien quiero»). Las obsesiones pueden ser muy desagradables y a menudo los jóvenes temen que el simple hecho de tenerlas signifique que va a ocurrir una desgracia a un ser querido. Además, cuanto más tratan de deshacerse de ellas o bloquearlas, éstas vuelven con más fuerza y frecuencia.

Ante estas obsesiones, aparecen las compulsiones que pueden ser actos mentales (contar) o motores (lavarse las manos, preguntar), repetitivos, que el joven se siente impulsado a hacer por diversos motivos:
a) el deseo de invalidar esa posible desgracia que va a ocurrir al haber tenido los pensamientos;
b) cuando siente el impulso irrefrenable de hacer algo varias veces.

En ambos casos la ansiedad tiene un papel fundamental. Sólo cuando la persona realiza la compulsión se relaja. No obstante, hay veces en las que esa relajación sólo dura unos minutos o unas horas.

Estos comportamientos no siempre parecen estar conectados con las preocupaciones que los originan y pueden ser “mágicos” (“Si cuento hacia atrás desde 100 mi madre no morirá en un accidente de coche”). Sin embargo, el niño siente que hasta que no haga estas conductas sus peores miedos se harán realidad.

TOC

Para los niños y las niñas que tienen un trastorno obsesivo compulsivo, funcionar en la escuela puede ser tremendamente complicado y difícil.

Por parte del docente suele ser fácil confundir los síntomas de TOC con conductas desafiantes y de oposición por parte del alumno/a, e incluso con un TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad).

Por este motivo es apremiante dotar al profesorado de recursos para detectar y reconocer los comportamientos asociados al TOC. Puede ayudarles, realizando ajustes y adaptaciones para evitarles problemas innecesarios, y facilitándoles así el éxito en su aprendizaje.

¿Cómo puedo saber si un alumno tiene TOC?

Puede ser difícil de detectar y a menudo los jóvenes son muy habilidosos escondiéndolo ya que tienen miedo a que la gente lo averigüe. No
obstante, existen algunos signos a los que puedes prestar atención.

Aquí te presento algunas conductas que podrían indicar la presencia de un TOC para facilitar su reconocimiento:

  • Estar distraído en el aula (si está experimentando obsesiones frecuentemente, como por ejemplo pensando que si no gira la tapa del
    bolígrafo y cuenta hasta cuatro de forma correcta, va a pasar algo malo). Si le hace una pregunta, su distracción podría parecer un déficit de atención, sin serlo.
  • Puede mostrarse angustiado y cansado sin razón aparente. Esto es debido a la irrupción constante de pensamientos negativos y preocupaciones en niños/as con TOC.

TOC

  • Algunos niños con TOC serán muy lentos a la hora de completar su trabajo puesto que tienen que reescribir las frases o estar constantemente organizando sus libros o su material escolar. Esto puede deberse al perfeccionismo y la necesidad de que las cosas se hagan de la forma correcta. Así, por ejemplo, si un/a niño/a está centrado en una actividad de matemáticas que ha hecho mal o para la que no encuentra solución, y el/la profesor/a cambia a otra tarea, el/la alumno/a no será capaz de cambiar de actividad. Y puede confundirse con un problema de aprendizaje, o de falta de atención, pero no lo es. Algunos niños pueden no entregar sus trabajos si tienen el pensamiento de que haciéndolo podría dar lugar a que algunas de sus preocupaciones se volviesen realidad.

TOC

  • También pueden llegar tarde si se “atascan” en alguna compulsión fuera de clase. Ojo, porque podría indicar otras dificultades del aprendizaje o del comportamiento.
  • Solicitar permiso para ir al baño con frecuencia. Ya que podría estar motivado por la necesidad de lavarse las manos (si alguien ha estado cerca del niño o la niña tosiendo o estornudando, o si ha tocado algo que percibe como contaminado). Podría hacerlo para lavar determinados artículos como bolígrafos, lápices, mochilas, libros, etc. También puede ser una excusa para salir del aula, simplemente para alejarse de todos y tener un momento de alivio.
  • Buscar seguridad constantemente a través de preguntas como “¿estás seguro/a de que esa es la respuesta? ¿Me lo podrías repetir una vez más? ¿Has oído lo que te he dicho?”. O bien por medio de revisiones continuas de puertas, ventanas, mochila, etc.
  • Retroceder para realizar comprobaciones. Si ha tenido un pensamiento negativo al pasar por la puerta, querrá “solucionarlo” pasando de nuevo por la misma puerta, diciendo algo bueno o realizando algún gesto. Si ha tenido un pensamiento negativo al bajar por un tramo de escaleras de camino a clase, podría necesitar volver a subir y bajar por la misma escalera de nuevo, o hacerlo al final de la clase, incluso si eso significa llegar tarde a su siguiente clase.

TOC

  • Borrado obsesivo de cada cosa que escribe porque las letras tienen que verse perfectas, hasta el punto de romper el papel.
  • Evitación. Aquí es importante observar cosas como: que el niño no quiere sentarse en el suelo, ni recoger cosas que se hayan caído, ni mancharse las manos con pintura.
  • Golpear y tocar simétricamente.
  • La hora del almuerzo, especialmente si las preocupaciones del niño están relacionadas con la contaminación o con ponerse enfermo.
  • Puede interferir en las relaciones con sus compañeros, ya que a veces presentan obsesiones que están relacionadas con sus amigos (tener la sensación de que van a golpear a otro niño) o pueden ocupar una gran parte de su tiempo libre. Les puede hacer sentir tristes y es posible que no se gusten mucho a sí mismos. Todo ello puede dar lugar a que el niño se aísle de los demás o que no disponga de tiempo suficiente para pasarlo con sus amigos.

En ocasiones, los niños y adolescentes con TOC funcionan bien en la escuela y con los amigos pero el trastorno “toma el control” cuando el niño está solo o en casa.

Detectar de forma correcta y temprana posibles factores de riesgo, ayudaría a diseñar e implementar intervenciones académicas y conductuales que disminuyan las barreras al aprendizaje en el aula, y en la creación de ambientes escolares facilitadores del aprendizaje.

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